En Química, las soluciones diluidas son las mezclas homogéneas formadas por soluto y disolvente, pero que tienen tan poco soluto que apenas se detecta y por eso parecen estar hechas de un solo componente.
Normalmente, para fines prácticos en laboratorio, nos referimos a estas soluciones, a las saturadas y a las sobresaturadas como las formadas por agua como disolvente y cualquier soluto, que puede ser sólido, líquido o gaseoso. Entre ellos podemos encontrar:
- Sólidos: cloruro de sodio NaCl (sal de mesa), sacarosa C12H22O11 (azúcar), hidróxido de sodio NaOH (sosa).
- Líquidos: ácido sulfúrico H2SO4, ácido acético CH3COOH, alcohol etílico CH3CH2OH.
- Gaseosos: dióxido de carbono CO2, amoníaco NH3, cloro Cl2.
A las soluciones diluidas se les puede agregar más soluto porque el disolvente es todavía muy capaz de absorberlo e incorporarlo entre sus partículas, teniendo como resultado una mezcla que sigue siendo homogénea (muestra una sola fase). Por supuesto, las propiedades de la disolución van a ir variando conforme se agrega soluto. Por ejemplo, si se trata de un soluto iónico, la mezcla será cada vez mejor conductora eléctrica, convirtiéndose en un electrolito más fuerte.
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Soluciones diluidas en laboratorio
En trabajo de laboratorio, las soluciones diluidas se utilizan para realizar análisis químicos. Aquí se trata de agua con un único soluto. Antes que todo, se les determina la concentración. Cuando ya se conoce su concentración, se les llama soluciones estándar, y son posteriormente utilizadas para conocer la concentración de una muestra, la cual contiene un soluto que puede reaccionar con la estándar. Así, las soluciones diluidas se usan como medios para propiciar reacciones químicas.
Esa es la principal utilidad de las soluciones diluidas: hacer que un soluto conocido reaccione con el soluto de una muestra, y así saber con qué se está trabajando. Las soluciones estándar se preparan en grandes cantidades y se guardan en los cuartos de reactivos para posteriores análisis. Siempre va a conservar su concentración, aunque vale la pena cerciorarse con un sencillo procedimiento. Al conjunto de técnicas en las que participan estas soluciones se les llama volumetrías.
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Saturación de las soluciones diluidas
Cuando preparamos una solución acuosa, es fácil observar cuánto soluto es capaz de sostenerse en ella, sobre todo si está sometida a un mecanismo de agitación como una batidora o una licuadora. El constante movimiento irá incorporando el soluto que se va agregando, dejando notar una coloración o turbidez en la mezcla. Sabremos que sigue siendo una solución diluida o medianamente concentrada cuando dejemos en reposo y siga teniendo un color uniforme.
Por otro lado, si apagamos la agitación y al dejarla en reposo vemos que las partículas del soluto quedan suspendidas o formando depósitos en el fondo del recipiente, ahí decimos que se ha alcanzado la saturación, el estado de las soluciones en el que ya no se puede agregar más soluto porque el disolvente ya llegó al máximo posible. Es en este punto que las soluciones diluidas pasan a ser soluciones saturadas.
Sin embargo, es posible “mover ese punto”. Si la solución se calienta suficiente, sus partículas de soluto y disolvente alcanzarán un movimiento que les hará abrir espacio a más soluto, quedando de nuevo en situación de solución diluida. La solución caliente puede recibir más soluto, y así alcanzar un nuevo punto de saturación. Esto es lo que pasa con las mezclas de agua y azúcar. Cuando se les calienta al punto de hervor, es posible que el soluto azúcar quede completamente mezclado ahí.
30 ejemplos de soluciones diluidas
- El agua oxigenada medicinal
- Una jarra de agua con una pizca de sal de mesa
- El agua de río
- Un litro de agua con una cucharada de azúcar
- Un vaso de agua con colorante
- Una taza con un sobrecito de té de manzanilla
- Un litro de agua con dos cristales de cloruro de sodio NaCl
- Un litro de agua con cristales de permanganato de potasio KMnO4
- Un litro de agua con una cucharada de óxido de calcio CaO
- Un litro de agua con una cucharada de hidróxido de calcio Ca(OH)2
- Un litro de agua con una cucharada de dióxido de titanio TiO2
- Un litro de agua con una cucharada de óxido de sodio Na2O
- Un litro de agua con una cucharada de óxido ferroso FeO
- Un litro de agua con una cucharada de óxido férrico Fe2O3
- Un litro de agua con un chorro de hipoclorito de sodio NaClO comercial
- Un litro de agua con una cucharada de extracto de café
- Un litro de agua con una cucharada de esencia de vainilla
- Un litro de agua con una cucharada de esencia de nuez
- Un litro de agua con una cucharada de polvo de chocolate soluble
- Un litro de agua con una cucharada de sal Epsom MgSO4*7H2O
- Un litro de agua con una cucharada de óxido de magnesio MgO
- Un litro de agua con una cucharada de sales de baño
- Un litro de agua con una cucharada de salsa picante líquida
- Un litro de agua con una cucharada de tintura de yodo
- Un litro de agua con una cucharada de fósforo
- Un litro de agua con una cucharada de azufre
- Un litro de agua con una cucharada de sulfato de sodio Na2SO4
- Un litro de agua con una cucharada de salsa de soya
- Un litro de agua con una cucharada de extracto de almendras
- Un litro de agua con una cucharada de jugo de limón