Como bien sabemos, la madera es un recurso natural que proviene de los árboles. Se trata generalmente del tronco de distintos árboles, los cuales pueden servir para satisfacer distintas necesidades. La mayoría de las veces, la madera sirve como materia prima para elaborar o producir distintos productos como muebles, artículos personales y de casa, así como carbón. Por supuesto, la madera es también un elemento que ayuda a generar fuego y calor. De hecho, existen maderas que tienen propiedades que permiten más fácilmente crear fuego.
Asimismo, las maderas son apreciadas por sus características físicas como color. Muchas maderas se consideran como preciosas dadas sus características únicas. De esta manera, las maderas se pueden dividir por su uso o, preferentemente, por sus características físicas.
Hay dos tipos de maderas:
1. Maderas duras: como su nombre lo indica, este tipo de maderas provienen generalmente de árboles de crecimiento, por lo que son muy resistentes. Suelen ser caras y muy apreciadas. Evidentemente, se usan principalmente para hacer muebles o artículos que requieren de una gran resistencia. Entre este tipo de maderas podemos mencionar el roble, el nogal, el cerezo, la encina, el olivo, el castaño y el olmo. Estas maderas suelen tener también colores muy bellos.
2. Maderas blandas: en contraposición a las maderas duras, las blandas son menos resistentes, pero mucho más ligeras. Es por ello que se utilizan generalmente para artículos que no requieren de una resistencia especial como zapatos, cajas o cestas. Maderas de este tipo son: el álamo, el abedul, el aliso, el alnus y el carcoma.