El verbo de una oración es indispensable para dar un sentido coherente a la misma. Funge como núcleo del predicado e implica una acción, estado o proceso del sujeto. Además, el verbo en una oración es esencial, debido a que nos transmite mucha información acerca de elementos como:
—el sujeto, que debe entenderse, no sólo como una persona, sino como un animal o una cosa;
—la persona gramatical, por ejemplo: “yo”, “tú”, “él”, “nosotros”, “ustedes”, “ellos”;
—la acción, es decir, ¿qué hace o dice el sujeto?, ¿cuál es su estado de ánimo?;
—el tiempo en que se lleva a cabo la acción, por ejemplo: pretérito, pospretérito, presente, futuro, entre muchas características más.
En la lengua española, el verbo puede tener múltiples variaciones y clasificaciones, según el modo gramatical en que se emplee, es decir, si se usa en infinitivo, en participio o en gerundio, por ejemplo; o si son regulares e irregulares, personales o impersonales, defectivos, copulativos, transitivos o intransitivos, entre numerosas especificaciones técnicas.
Lo fundamental es saber, primeramente, cómo utilizar el verbo de forma correcta, adaptándolo a los demás elementos de la oración, como el sujeto, el predicado y sus modificadores, tomando siempre en cuenta el tiempo, la persona, el género y/o el número de los sujetos, para que la oración sea lógica en su totalidad.
A continuación, veremos varios ejemplos de oraciones simples (es decir, oraciones con un solo verbo).
100 ejemplos de oraciones que incluyen un verbo:
El verbo se encuentra en negritas.
- Todas las personas del grupo teatral viajamos hacia el norte del país.
- El señor pintaba el barandal con mucho cuidado y dedicación.
- Él se tomó todo el jugo de naranja.
- Y al primer sorbo, el café me quemó las yemas de los dedos.
- Los personajes de la película eran sólo arquetipos.
- El mundo no se conforma con nada.
- El hombre jugó con su hijo toda la tarde.
- El niño se durmió muy temprano.
- Las páginas del cuaderno tenían más texto que ilustraciones.
- El piso estaba sumamente sucio.
- Toda mi generación se graduó.
- Sus pantalones eran muy ajustados.
- El techo de la catedral estaba cayéndose en pedazos.
- Sus pómulos lucían tiernamente rosáceos.
- Todas las prendas de Cecilia eran fosforescentes.
- Ella boleó sus zapatos con esmero.
- Entonces, mi celular sonó muy alto.
- Siempre asistía a todas las clases.
- La mesa es azul rey.
- Su chamarra lo cubría del frío perfectamente.
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- Me encanta el chocolate amargo.
- Él siempre fue una persona muy solitaria.
- El adolescente le robó el almuerzo al niño pequeño.
- Compraba varias libretas para una sola clase.
- Todo el tiempo, los mosquitos molestaban a los inquilinos.
- Y un día como este, hace años, me diste la buena noticia.
- Abrió la estufa caliente con cuidado.
- Montaigne escribió muchos ensayos.
- El pizarrón resplandecía de blancura.
- Se me rompieron los antiguos anteojos.
- Usabas el telescopio aquella noche, durante la lluvia de estrellas.
- Nos perdimos a mitad del bosque de coníferas.
- El carpintero olvidó todas sus herramientas en el taller.
- El uniforme de trabajo era muy feo e incómodo.
- Viajé de Europa a América y de Asia a Oceanía.
- Su cabello estaba ligeramente rizado y todavía húmedo.
- Ambos eran tan amigos como las suelas de un zapato.
- Anocheció más rápido que nunca.
- Él siempre hablaba con demasiadas muletillas.
- Generalmente, las personas soñadoras, cumplimos nuestros propósitos.
- Su bolsa estaba llena de frutas tropicales.
- El mentor enseñaba a sus aprendices.
- Las carreras de caballos me gustaban muchísimo.
- Su reloj de muñeca se atrasó por hora.
- Antier me tropecé con la escalera.
- Hoy no dormí.
- ¿Tomas mucha agua?
- ¡Ten cuidado!
- Adriana aprendió a nadar a los años.
- Todos escuchaban atentamente.
- Sus ideologías no eran compatibles entre sí.
- ¿Por qué tus padres te pusieron ese nombre?
- El amor es muy relativo.
- La casa parecía deshabitada por completo.
- Los dueños del edificio pegaron una circular en la pared.
- Perdí todos mis documentos de viaje.
- Todavía no tramito mi visa.
- Tu diario es más viejo que el mío.
- ¡Corre ahora mismo!
- No inventes otro de tus cuentos.
- Ella hacía ejercicio diariamente.
- El taller acabó más temprano de lo normal.
- Su playera se manchó de comida.
- Eduardo era muy celoso.
- Todos los alumnos eran autodidactas.
- Hablaba demasiado rápido.
- Tu madre era políglota.
- Tuve una sobrina.
- No le gustaba el agua natural, sólo la de sabores.
- Tomas mucho refresco.
- Siempre fuiste más inteligente que todos tus hermanos.
- Poseo muy buena memoria.
- ¡A que no me ganas!
- ¿Trabajas más de horas al día?
- Te volviste vegetariano hace más de dos años.
- ¿Recuerdas mi nombre?
- Mi vestido se veía igual que el tuyo.
- Llegaste tarde a la función.
- La puerta del coche se cerró por completo.
- Nos sentamos cada quien en nuestras sillas.
- ¡No hiciste la tarea!
- Hoy terminé mi curso de manejo.
- Cursamos las clases de cocina juntos.
- Mi abuela era muy paciente con sus nietos.
- Las historias del pueblo resultaban fantásticas.
- Tu carácter es muy cambiante.
- Tienes una sonrisa espectacular.
- Siempre fue muy cumplida con sus tareas.
- La montaña luce azul en la lejanía.
- ¡Apaga ya tu móvil!
- ¿Ya abrió Pepe su regalo de cumpleaños?
- Ustedes, los jóvenes, conocen muy bien la tecnología.
- ¿Cuánto tiempo leíste hoy?
- Le di el último sorbo al café.
- El mal clima provocó desesperación en las masas.
- No parabas con tu tesis.
- Jorge me lo advirtió.
- Eliana dominaba por completo el inglés.
- Eres muy amable.
- ¡Nos vamos de vacaciones!
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