Hoy en día casi todos sabemos lo que es la diabetes. Conocida formalmente como diabetes mellitus, es una enfermedad o conjunto de trastornos metabólicos que producen un aumento de los niveles de glucosa o azúcar en la sangre, debido principalmente a la baja producción de la hormona insulina o por un uso adecuado de la misma por parte del cuerpo. De esta manera, la diabetes afecta ciertos órganos y tejidos, además de que es una enfermedad crónica ya que hasta el momento no se le ha encontrado una cura sino que únicamente se puede medicar al paciente para controlar la enfermedad. De hecho, la diabetes es uno de los padecimientos más comunes a nivel mundial, por lo que se considera un grave problema de salud pública. Cada año miles de personas mueren alrededor del mundo por esta enfermedad o por complicaciones derivadas de ella.
Algunos estudios recientes han demostrado que la diabetes tiene un componente genético. Por lo tanto, la transmisión de esta enfermedad puede estar influencia en gran medida por la herencia. No obstante, existen también otros aspectos que son determinantes para padecer esta enfermedad. Entre ellos podemos mencionar una mala alimentación, el consumo excesivo de grasas y azucaras, así como la falta de actividad física o ejercicio y el sedentarismo. A grandes rasgos, los síntomas más comunes que alertan sobre la diabetes son la emisión excesiva de orina, las ganas inmensas de comer mucho y el incremento de sed, además de la pérdida de peso sin motivo aparente. Actualmente la clasificación de esta enfermedad se divide en tres tipos.
Tipos de diabetes:
Diabetes mellitus tipo 1: este es el tipo de diabetes más agresivo. Generalmente se le conoce como diabetes insulino dependiente, ya que quienes la padecen no producen esta hormona debido a distintas causas por lo que deben obtener la insulina de manera externa, muchas veces inyectándosela. La destrucción de las células que producen naturalmente la insulina en el organismo es gracias a alteraciones o enfermedades que haya sufrido anteriormente el paciente. Este tipo de diabetes aparece normalmente a temprana edad y en algunos casos en la etapa adulta.
Diabetes mellitus tipo 2: este tipo de diabetes es el más común entre los adultos, aunque últimamente han crecido los casos en gente joven. Generalmente está asociada a la obesidad y a malos hábitos como la falta de ejercicio. Las personas que la padecen sí producen insulina, pero sus niveles pueden ser muy bajos o su organismo no la trata de manera normal. Es por ello que necesitan de medicación para que la insulina que su cuerpo produce sea efectiva. En este caso no es necesario suministrar insulina. De hecho, muchas personas pueden vivir muchos años sin experimentar síntomas evidentes. Asimismo, una vez detectada, se puede llevar una vida relativamente normal, siempre y cuando se lleve una dieta adecuada, se haga ejercicio y se tenga un chequeo permanente de los niveles de azúcar en la sangre.
Diabetes mellitus gestacional: este es un tipo de diabetes que aparece en muy raras ocasiones. Como su nombre lo indica, la padecen mujeres que hayan tenido un embarazo. Debido a que la gestación de un bebé es un evento que produce cambios en el organismo de la madre, esto puede ocasionar que haya una menor producción de insulina, provocando así la diabetes.
